Recordando a Gardel
A 116 años de su natalicio
“iCarlitos… sos grande… te vas a morir, y vas a seguir cantando!”
(Frase premonitoria, expresada a viva voz por un admirado de Gardel, en octubre de 1933, mientras el artista cantaba en el teatro 18 de Julio, de Montevideo, Uruguay).
Hoy Carlos Gardel hubiese cumplido 116 años. El mas grande cantante de tango que ha existido.
Desde el 10 de septiembre de 2003, la voz de Carlos Gardel es Patrimonio de la Humanidad, por declaración de la UNESCO.
Difícil es seguir los primeros años de la vida de Gardel Hasta la fecha, nadie ha podido dar cuenta cierta de ese periodo inicial que va desde su nacimiento hasta el año 1911. Ni siquiera se ha logrado conocer con precisión la fecha de su nacimiento ni el lugar, y para esto existen dos hipótesis: la francesista fija su nacimiento en Toulouse Francia, el 11 de diciembre de 1890, y la uruguayista sostiene por su lado, que nació en Tacuarembó, Uruguay.
La hipótesis francesista basa sus argumentos en un acta de nacimiento en Toulouse donde consta el nombre de Charles Romuald Gardés, hijo de Berthe Gardés.
En su testamento ológrafo, Gardel también declara haber nacido en Toulouse, Francia, aunque en vida dijo a varios periódicos que habla nacido en Tacuarembó. Además, se documentó de identidad lo declaraba nacido en el Uruguay
Según los seguidores de la hipótesis francesista, esto se debió a un complicado compromiso profesional, donde firmaban que el documento era Claramente fraguado, tanto en la fecha de nacimiento como en el nombre de los padres. Sin embargo, no se encontró a la fecha evidencia de la falsedad del documento.
La hipótesis uruguayista sostiene que Gardel es hijo legitimo del coronel Carlos Escayola de Tacuarembó, producto de una relación impropia para la época.
También se tienen datos que desde 1913 Gardel había visitado Uruguay muchas veces. Según los que apoyan esta hipótesis, Berthe Gardés sería su madre adoptiva, lo cual justificaría el malentendido de su nacionalidad francesa como una maniobra legal para que pudiese heredarlo en su testamento de acuerdo con las Leyes argentinas de la poca.
El Estado uruguayo, como otras entidades no gubernamentales, propuso realizar una prueba de ADN al cantante para verificar si era o no hijo biológico de Berthe Gardés y así establecer con exactitud su lugar de origen. Una jueza argentina prohibió que se le realizara ese estudio Gardel.
“El tema del tango es inagotable, es música y danza popular”
En Nicaragua el tango ha calado muy hondo. He tenido la oportunidad de charlar sobre este tema con el doctor Danilo Aguirre Solís, gran tanguero nicaragüense, en dicha Charla disfrutábamos de una sesión de tangos en la Embajada Argentina de Managua, y hablamos sobre lo que significa el tango en Nicaragua.
Dice Danilo: “Se puede decir que el tango, como un inquietud musical, entra a Nicaragua fundamentalmente en los círculos orquestales de los años veinte. Ya par esa época de valses y mazurcas, don Carlos Tünnerman compone tangos para su orquesta, y sabemos que en el ámbito popular, aún permanecen inéditos algunos tangos creados por don Camilo Zapata.
En los ambientes literarios, la influencia que venia del su del continente era fundamentalmente argentina y su expresaba en las ediciones Sopena que circulaban por Nicaragua y también en diversas revistas de educación popular como eran Leoplán, Billiken, Patoruzito y otras.
El tango hace su entrada en los salones de baile, a través’ de la difusión que realiza don Alberto Solís, fundador y dueño de “La Voz de la Victoria”, en la cual se transmitía diariamente a las cinco de la tarde su programa estela de tangos, titulado “La voz que nunca se apaga”, que durante más de treinta años deleito a la audiencia nicaragüense con los tangos más famosos de entonces En sus características, el programa comenzaba terminaba con el conocido tango “Amargura”.
Durante la década de los treinta, en la radio “La Voz de los Lagos”, fundada y dirigida por el ingeniero Raúl Mendoza Uriarte, cantaba tangos el Che Francisco Campos, acompañado por las guitarras del masayense Ramon López, el chichigalpino Isaac Ruiz Rodríguez y el Managua Manuel Estrada. Eran épocas tangueras de cantores como el Che Avilés, Carmencita Avilés, Euclides Téllez, Irma Álvarez, Argentina Ruiz Rodríguez, Orlando Meza Lira, los dúos Acevedo, Serrano, Gutiérrez y es singular trio “Los Gardelitos”. Orlando Meza Lira crea programas de tangos en las radios “La Voz de la América Central”, y más tarde, en “Unión Radio” y “Radio Uno”.
Las bandas y orquestas que más interpretaban tangos en su repertorio era “Champú Musical”, de Guillermo Domínguez, Raúl Traña Ocampo con su orquesta, donde él personalmente deleitaba a los tangómanos de entonces con ejecuciones inolvidables en su piano.
Los lugares donde se bailaba tangos eran el auditorio Radioteatro de “La Voz de la Victoria en sus tres épocas, antes y después del terremoto; el Casino Olímpico en el Malecón de Managua; el Salón Copacabana en el propio lago de Managua; en la Terraza de la Chola Ho yos, donde su hijo, el inolvidable Rene Tercero, cantaba con su personal estilo el tango “carufa”. También en Victory Club, en el Edificio de Comunicaciones, en las tertulias del Gran Hotel, en los bailes de la Casa del Obrero, en la Radio Panamericana; y en los clubes selectos de León, Granada Matagalpa. inolvidable en el recuerdo queda la reinauguración del Teatro Margot, con la película “La Vida de Rodolfo Valentino” y el espectáculo que fue ver bailar “La Cumparsita” a Liliam Molieri con Anthony Dexter, sin olvidar que la Molieri fue el número insustituible de tango en las veladas de “Los Chicos de la Prensa Desde luego que toda esta tangomanía nicaragüense se vio fuertemente influida con la visita de grandes estrellas del tango argentino como Libertad Lamarque, Hugo del Carril, Argentino Ledesma, Raúl Uriarte y, por supuesto, las películas de Carlos Gardel.
El “negro” Joaquim Mora también hizo estancia un tiempo en Nicaragua y seguramente dejo algunas enseñanzas a quienes tuvieron la suerte de compartir con el momento de tango. Las letras de tango de autores nicaragüenses que obran en nuestro poder, nos hacen ver que sus autores buscaron en sus almas una letra que fuera “tan rica, como vulgar, tosca, impulida, pero también lírica, romántica y de poética trascendencia”.
Popular por sobre todas las cosas, melancólica, a la vez que profunda y superficial cuanto filosófica, enamorada de los temas que hacen a/ enigma humano cotidiano: el amor, la lealtad, traición, muerte y amistad. Por ejemplo: Pascual Contursi, músico, letrista, sainetero, cantor y bailarín de tangos, es quien le pone letra a un tango de Samuel Castriota y orea “Mi noche triste”, con el cual aparece en el cosmo tanguero, el porteño, hijo de inmigrantes, con tristeza de europeo desarraigado, ya no es el chulo compadrito haciendo alarde de sus fanfarronadas, sino el dolor de un hombre que sufre el abandono de su amor.
Orlando Meza Lira, músico, letrista e intérprete de este sentimiento triste que se baila, llamado tango, formula una interesante y sugestiva manera de interpretar su música llegada del sur del continente americano, que, al contrario de Buenos Aires, no se formó en el arrabal nicaragüense, ya que éste estaba fuertemente influido por el bolero de Agustín Lara, los tríos románticos y la música de la “Sonora Matancera” cubana. Sin embargo, los tangueros nicaragüenses se llenan de carga nostálgica propia cuando interpretan “Falsaria”, y lo que sentimos es auténtico rioplatense. Toda una generación actual de artistas jóvenes nicaragüenses se interesa cada vez más por el tango y su magia.
En el canto podemos mencionar a Evelyn Martínez, Martha Baltodano, Norma Elena Gadea, Eduardo López Meza; antores populares como el “Zorzal chinandegano” Rómulo Francisco Torres Martínez 0 Mario Alvarado Dávila, entre otros, junto a los músicos Sixto Cajina, Eduardo Araica, Pablo Buitrago, las bailarinas Indiana Ortiz, Alma Blanco, Martin Medina, Roberto Estrada y e/ cantor argentino Pepe Fierro, dejan constancia de una pasión tanguera que seguramente dejara huellas profundas en el alma nicaragüense”.
Estos pequeños apuntes sobre el tango en Nicaragua constituyen para el suscrito una verdadera pieza antológica de conocimiento sobre el tango.
Grandes lo admiraron
Charles Chaplin: iFui su amigo, tenía un don superior al de su voz y su figura, tenía una enorme simpatía personal que le ganaba de inmediato el afecto de todos. Pronostiqué a Gardel un triunfo categórico en Estados Unidos, fue mi Huésped y, por cierto, nuevamente me dio la oportunidad se escuchar sus queridas canciones.
Bing Crosby: “Jamás escuché una voz tan hermosa!”
José Ortega y Gasset: “i Este muchacho pinta el dolor callado de la madre que sufre, con emoción tal, que conmueve de verdad…