La Toalla

Gilberto Bergman Padilla

Hoy lunes 30 de Marzo cumplo exactamente 14 días de haberme mudado a mi nueva oficina. Quedó bonita, ya se han completado casi todos los detalles, menos uno. que para mí es muy importante. La toalla del baño. Digo que para mí es muy importante ya que yo tengo una manía, me lavo las manos cada que voy al baño.

El miércoles 18 de marzo, es decir hace 14 días tuve una charla con el Ingeniero Zamora, nuestro flamante jefe de mantenimiento, quien me dijo que ya había instalado un aparato para colgar la toalla. Sin embargo, ambos coincidimos que era mejor instalar un «dispensador de papel», pues con la toalla, como es de tela, habría que lavarla y aquí en la UCC no hay quien lave ropa, en cambio, con las toallas de papel, se acaba el problema.

Al día siguiente Zamora se presenta a mi oficina con las proformas, traía tres, cada una con una muestra del papel. La primera muestra no nos gustó, ya que el papel era demasiado finito, y cuando me fuera a secar todo el papel se iba a deshacer en la mano. La segunda muestra no estaba mal. era un papel bastante gruesecito. pero la mejor de todas era la tercera muestra, un papel absorbente, de buena textura, sin embargo se presentó un problema, pues la señora afanadora que estaba limpiando la oficina nos dijo que no compráramos ese papel, pues como era tan bueno y absorbía bastante, la gente se lo robaba, especialmente las mismas afanadoras pues lo usaban en vez de kotex cuando andaban acompañadas del «tío pedro» .En vista de lo anterior, coincidimos en que debía de comprar el de la segunda muestra.

Yo estaba muy contento, primero por la eficaz, forma en que fui tratado, rápido y veloz como se debe tratar al Rector. Sin embargo, todo fue una vana ilusión, no sé qué pasó. Ya han pasado 13 días y no tengo ni toalla de tela, ni de papel, pues Zamora se me desapareció por completo.

Como todo esto no tiene sentido, pues yo vi la muestra del papel, decidí investigar y se me ocurrió hablar con Roberto, el jefe de bodega, quien me dio la grata noticia que ya se encontraba el dispensador en bodega, que había llegado la semana pasada, es decir que el primer trámite ha sido cumplido, todo lo que se compra entra a bodega.

Me contó Roberto que el segundo trámite, el de la requisa, se iba a obviar, pues el Ingeniero Zamora le dijo que. primero lo van a instalar y después vamos hacer la requisa. Que no me preocupara que en el curso de la semana todo estaría listo.

Espero que no me la hagan de hule, ya que continúo secándome las manos con mi pañuelo. Incomodo, pues después de dos secadas, el pañuelo se humedece y siempre la gente me pregunta porque ando húmeda la nalga derecha.

ALBRICIAS! En estos momentos está llegando el dispensador. Desde que vi la muestra hasta la instalación se tardó 13 días, pero no importa. Hace unos momentos me han llamado de la Administración para preguntarme como quedó la instalación, les dije que todo quedó perfecto. Para que vea que nosotros trabajamos bien, -me enfatizaron- claro que siempre hay sus fallitas. pero en este caso. Señor Rector, cumplimos: «tardadito pero seguro».