La muerte de Carlos Gardel
En este mes de junio del 2000 se cumplen 65 años de la tragedia de Medellín. Los gardelianos de Nicaragua nos reunimos, como lo hacemos todos los años, para escuchar sus tangos, su melodiosa voz que esta siempre en nuestros corazones. Fue en el Aeropuerto de Medellín Colombia, el lunes 24 de junio de 1935 a las 14 horas y 52 minutos, cuando dos aviones F-31 chocaron. Llamas por doquier ¡El infierno! Dirían las personas que habían ido a despedir al famoso cantante. Mientras antes de rendir cuentas a Dios, se tomaron la última foto a la derecha del piloto Capitán Ernesto Samper. En la ciudad de Montevideo, nace la primera canción en memoria de Gardel y en este 65 Aniversario de la desaparición del “Zorzal Criollo” recordamos ese episodio.
Fue en la Plaza Cagancha, donde estaba Radio Águila, donde nació la primera canción en memoria de Gardel que se conoció en el mundo. Agonizaba la tarde de aquel lunes 24 de junio de 1935 y ya estaban apagándose también los últimos comentarios de jornada de la víspera. Radio Águila estaba por cerrar el turno del Speaker en CX28. De repente, sonó la campanilla ¿Quién Habla? No importa quien habla, importa que usted le diga a la gente que murió Gardel ¡Dígalo ya! Colgaron. ¡Gardel!… ¡¿Cómo podía morir Carlitos Gardel?!“Obviamente, nada dijimos hasta la terminante confirmación. Sí, era una triste verdad.
En la Radio Águila se vivía un estado emocional especialicisimo, tres hombres que habían tratado a Gardel, Juan Carlos Patrón, Edmundo Bianchi y Pintín Castellano coincidieron en el propósito de componer una canción de homenaje a Carlitos: Para estrenarla antes de que llegar la media noche.
Solamente bajo ese impacto y con una inspiración estimulada por la admiración y el cariño amistoso hacia e intérprete, pudo más que la depresión sentimental causad por la tragedia. El Maestro “Perico” Bernat -representante de Gardel en el Uruguay- tenía en su casa un pájaro a quien Carlitos le enseñaba a silbar “La Cumparsita”.
Entre poema y melodía una imagen sin tiempo.
EI pájaro muerto (Canción triste)
Como pájaro ebrio de horizontes azules/ te alejaste soñando sin dejar de cantar…/ La flecha del destino atravesó tu vida! Golondrina querida, ya no retornarás… en vano las serenas noches de plenilunio/ aguardaron las novias que empiece tu canción…! Al comenzar el alba su cosecha de estrellas/ con lágrimas calladas cerrarán su balcón…
Eternamente abierta esperará el regreso/ la pupila amarilla de un farol de arrabal/. Y el árbol de la Pampa soñará con el nido/ del pájaro viajero que ya nunca tendrá… Cuando las tardecitas se deshojen serenas/ no brillará la estrella de tu divina voz…/ Y cuando todos duermen, la guitarra colgada/ l/orará la tristeza de no tener cantor.
(Recitado)
Como el ave divina de la dulce leyenda/ tu imagen, de ensueño siempre vestía el tul:/ eras el ave errante que buscan los poetas/ para inspirar sus versos en su plumaje azul/ Y cuál de ave, tu vida toda entera era un canto/
Era un canto tu alma, altar de la amistad/ Era un canto armonioso tu varonil sonrisa/. Esa sonrisa tuya que nadie olvidará. Bella misión la tuya, tu cantinela errante/ hizo llorar de dicha, de dolor conmover/. Supo exaltar la vida, mover los corazones/ y en las almas de las plantas del amor florecer. Tu destino de ave, es un canto y un vuelo/ y fue quizá por eso, que en tu asenso triunfal/ como pájaro cuando ya tocaba el cielo/ caíste para siempre, para ser inmortal.