LA MEDIA COLCHA

LA MEDIA COLCHA

Don Gilberto Bergman Padilla era ya un anciano cuando murió su esposa Lucrezia, durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia, Su mayor deseo era ver a sus hijos convertidos en hombres de bien, respetados por los demás. ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna

los 86 años Don Gilberto se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo Gilberto, brillante profesional y exitoso empresario, que vivía en Charlotte, Estados Unidos, donde la medicina estaba avanzada pudieran curarle su bronconeumonía, pues en Nicaragua nada había podido hacer con los médicos. Pensó que si lo visitaba le ofrecería su apoyo y comprensión. Así que decidió viajar a Estados Unidos y pedirle un favor a su hijo.

Don Gilberto lego al Aeropuerto Douglas de Charlotte, su hijo lo recibió todo sonriente, y lo llevó a su casa. Le preguntó por Su esposa e hijos y le dijo que la Vida en Estados Unidos es muy complicada y por eso no habían llegado al aeropuerto, pero en la casa iban a estar las dos mujercitas (Charlotte y Nicole y el varoncito Gilbertito además de su esposa Mónica)

Cuando llegaron a la casa su hijo Gilberto le dijo ¡Qué milagro que vienes por aquí!- Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo -le dijo don Gilberto.- Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa.- Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.

Don Gilberto, viendo la holgura económica. la maravillosa casa le dijo: ¿Hijo, no le molestaría que me quedara a vivir contigo? ¿Quedarte a vivir aquí?, sí claro, pero no sé si estarías a justo. Tú sabes casa es grande, tenemos un hermoso cuarto de visita, pero vos ya sabes que mi esposa es muy especial, ella recibe muchas visitas de su familia de España, y nuestros amigos muchas veces se quedan a dormir en casa…y luego los muchachos, son grandes. Sus amigos se quedan a dormir en casa cuando salen a una fiesta, es mucha complicación.

Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano. No padre no es eso, sólo que.. no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían… o sólo que no te moleste dormir en la casita del patio donde guardamos las herramientas. –¿Dormir en el patio? Está bien. Llamó a su hijo Gilbertito de 12 años: – Dime papá. – Mira hijo. tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Vamos ir mañana a Home Depot y le vamos a arreglar la casita que está en el fondo del patio.

¿Sí, con gusto papá…y dime esta noche dónde va a dormir el abuelito? Le va acomodar en la casita de fondo del patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa Gilbertito subió por la colcha, tomó unas tijeras y la cortó en dos partes. En ese momento llegó su padre: ¿Qué haces Gilbertito? ¿Por qué cortas la colcha de tu abuelo-Sabes papá, estaba pensando ¿Pensando qué? -En guardar la mitad para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa. Adaptado de una historia de Internet.